El protector para testículos fue utilizado en hockey por primera vez en 1874 y el primer casco de moto en 1974.
Eso significa que los hombres tardaron 100 años en darse cuenta de que el cerebro también es importante.
lunes, 10 de octubre de 2011
La razón de la desnutrición infantil
Una mujer lleva a un bebé recién nacido al doctor. La enfermera los hace pasar al consultorio.
Cuando el médico se presenta, examina al niño, lo mide, lo pesa y descubre que está debajo del peso normal. Pregunta si lo alimenta con biberón o con el seno materno.
- Seno materno - responde la señora.
- Por favor señora - dice el doctor - descúbrase los pechos.
La mujer obedece, y el médico toca, aprieta, palpa y oprime ambos pechos, en un examen detallado. Luego le indica a la señora que se cubra y le dice:
- Con razón el niño pesa poco señora, usted no tiene leche.
- Ya lo sé. Soy su abuela, ¡Pero estoy tan contenta de haber venido!.
Cuando el médico se presenta, examina al niño, lo mide, lo pesa y descubre que está debajo del peso normal. Pregunta si lo alimenta con biberón o con el seno materno.
- Seno materno - responde la señora.
- Por favor señora - dice el doctor - descúbrase los pechos.
La mujer obedece, y el médico toca, aprieta, palpa y oprime ambos pechos, en un examen detallado. Luego le indica a la señora que se cubra y le dice:
- Con razón el niño pesa poco señora, usted no tiene leche.
- Ya lo sé. Soy su abuela, ¡Pero estoy tan contenta de haber venido!.
domingo, 2 de octubre de 2011
Solución a la asfixia monetaria
Una señora, con su hijito de 4 años, está comiendo en un restaurante. En un descuido, el chico mete una moneda en la boca y se atraganta. La madre intenta hacerle escupir la moneda golpeándole la espalda, dándole palmadas en el cuello, sacudiéndolo, sin éxito.
El chico ya comienza a dar muestras de asfixia y la madre, desesperada, comienza a gritar pidiendo auxilio. Un señor se levanta de una mesa cercana, y con pasmosa tranquilidad sin decir palabra alguna, le baja los pantalones a la criatura, toma sus pequeños testículos, los aprieta con fuerza, y tira hacia abajo violentamente. Al mismo tiempo, le mete el dedo mayor en el culo en seco. Automáticamente, el niño -ante el dolor irresistible- escupe la moneda, y el señor, con la misma pasmosa tranquilidad con la que se acercó, regresa a su mesa sin decir palabra.
Al rato, la señora, ya tranquilizada, se acerca para agradecerle que haya salvado la vida a su hijo, y le pregunta:
- ¿Usted es médico?
- No señora, soy funcionario de la Agencia Tributaria.
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